La iglesia está construida de sillería y sillarejo bajo la advocación de El Salvador. Es de la primera mitad del siglo XVI, excepto la portada, el coro, la sacristía y las capillas laterales que datan del XVII.
La nave es de tres tramos cubierta con crucería de terceletes sobre arcos apuntados que se apoyan en pilastras. A ambos lados del primer tramo se abren capillas gemelas cubiertas con bóvedas de arista. La cabecera es ochavada de tres paños; en su lado norte está la sacristía, con bóveda vaída como cubierta.En el lado norte del último tramo, hay una capilla cubierta con bóveda cañón y, en el lado sur, se alza la torre con dos plantas octogonales y el remate de ladrillo, con varios arcos para campana cegados.A los pies, coro alto sobre lunetos . Al sur del segundo tramo, la portada con ingreso adintelado encuadrado entre columnas corintias y entablamento. En la parte superior, hornacina vacía y rematada con ojo de buey.En el presbiterio, retablo mayor de banco, con cuerpo de tres calles y ático.
Leer más...
Óscar Cenzano ha armado un motor universal y lo ha plantado en unas afueras serenas y horizontales de Arrúbal, pertenecientes al llano y cercanas al cielos, pero también fronteras con la carretera y con un polígono. Este doble vínculo, con la naturaleza y con la civilización, ya explica, de entrada, necesariamente, la entraña y la fábrica de Los cuatro elementos: arbóreo e industrial, geológico y arquitectónico, enraizado y construido.
Adopta en un mismo cuerpo algunas formas familiares y públicas del fuego, del agua, del viento y de la tierra. Está plantado como si se tratara de una antorcha, de la orilla de un río, de una veleta o de una roca. Los cuatro elementos es todo menos un 'monumento', pues lejos de sentirlo inmóvil y grave, y a pesar de su empaque de cemento, hierro, piedra y acero, funciona como una estructura ligera, transitable, dinámica, aérea. La ves, de cerca o de lejos, y la asocias con elementos reconocibles de una población: una puerta, un mirador, un campanario, una fuente, una plaza, un pararrayos, el árbol del parque. Es, por tanto, no sólo una construcción que cita a los elementos, sino que es en sí misma elemental y primordial.
Leer más...